Otra señal de la nueva etapa en el movimiento obrero
A l cierre de esta edición, se siguen contando los votos en Suteba. Pero ya está claro que, en este gremio de 50.000 afiliados, el derrumbe electoral de Baradel y el avance del clasismo no tienen precedentes.
La Lista Multicolor ha retenido por amplio margen las seccionales ya anteriormente recuperadas de Bahía Blanca, Quilmes, Escobar y Marcos Paz. Pero agrega seis victorias colosales en La Matanza, La Plata, Berazategui, Ensenada, Tigre, San Martín-Tres de Febrero y Esteban Echeverría. El progreso electoral, no obstante, ha sido enorme en las 32 seccionales donde la oposición presentó lista. No se recuperó otro bastión, General Sarmiento, sólo porque el MST hizo una lista para dividir la oposición. La elección del 45% en Mar del Plata es impresionante, así como las del 30% en San Fernando, el 40% en Vicente López o el 45% en Mercedes, al igual que en Varela. Son señales muy poderosas de un enorme giro de la docencia contra la burocracia de Baradel.
Aún no contamos con los resultados provinciales. Pero, de todos modos, no son ellos los que marcan la tendencia de fondo de la elección. Tal como ha ocurrido históricamente en la CTA, allí donde no hay fiscales se inflan las votaciones y se distorsionan los datos necesarios para analizar las tendencias de conjunto. Claro que esta vez hubo una enorme fiscalización, lo que acotará el fraude. Sólo Tribuna Docente acreditó 850 fiscales en toda la provincia, donde 100 de ellos lo fueron en localidades del interior provincial, en las que no se llegó a formar lista, pero quedó la base de futuras agrupaciones. Por ejemplo, Puán, donde se acreditaron 15 fiscales, y así en muchas otras. La legión de fiscales de Tribuna la coloca como la principal agrupación clasista de la docencia, lo que la convierte en un gran canal de lucha y reconstrucción del Suteba contra la burocracia sindical.
Tribuna Docente está consagrando, en estas horas, a la secretaria general de La Matanza, Romina del Plá; la secretaria general de La Plata, Amelia García; el secretario general de Ensenada, Daniel Rapanelli; la secretaria general de San Martín-Tres de Febrero, Adriana Sirna; la secretaria adjunta de Escobar, Claudia Consiglio, y miembros de las directivas en Bahía Blanca y en Quilmes. Berazategui, Esteban Echeverría y Quilmes son lideradas por compañeros de la Azul-Blanca (PCR); Bahía, que encabezó la lista provincial, está liderada por Rompiendo Cadenas, y Tigre por Opinión Socialista. La unidad antiburocrática, siguiendo los pasos de Aten, ha sido una palanca fundamental de la victoria. Se inscribe en la tendencia marcada por la victoria de la lista de izquierda en Conadu Histórica y será un gran aliciente para la próxima lucha en Amsafe, el sindicato docente santafesino.
Un proceso profundo
Los resultados, holgados en ciertas seccionales como Ensenada y La Plata, lo mismo que en Escobar –dejamos aparte Bahía, de gran tradición opositora y de gran organización de la docencia alrededor de la seccional-, no alcanzan para medir todo el giro contra la dirección burocrática. En los últimos cuatro años, se ha producido una intensa desafiliación. Al lado del Suteba, han crecido gremios alternativos como Udocba o la vieja FEB -esta última, en el interior bonaerense. Además, las victorias tuvieron que superar las manipulaciones de padrón, con la incorporación de docentes precarizados conchabados por La Cámpora, el desplazamiento de urnas de escuelas opositoras, ocultamiento de padrones, la eliminación de opositores de los mismos y, desde luego, el vuelco a votar de toda la jerarquía de directores, inspectores y funcionarios condicionados por el gobierno. Pero el fenómeno de desintegración de la Celeste y del gobierno K llegó también a esos niveles, e incluso a algunas juntas electorales celeste, las que se quebraron.
Hubo verdaderas avalanchas de votos. En Ensenada se ganaron todas las escuelas del distrito menos una, donde se perdió por cuatro votos. En otros casos, como La Matanza o San Martín, las nuevas direcciones tendrán la enorme responsabilidad de reconstruir esas seccionales.
Sin duda, en este resultado ha pesado, primero, el levantamiento inconsulto del plan de lucha, con la excusa de las inundaciones; y, después, la aceptación de la conciliación trucha de la propia patronal, un gobierno débil -acosado por las luchas de los médicos, judiciales y de ATE Educación-, al que Baradel y el Frente Gremial le regalaron una tregua injustificable. Este gremio superexplotado -con la mitad de los compañeros asumiendo dos cargos o más horas cátedra de las indicadas para la salud humana- es también víctima del impuesto al salario, que afecta a un tercio de los docentes.
Pronunciamiento político
En el conflicto de este año, los paros fueron masivos. Pero las asambleas de Suteba no lo fueron. Se expresó un hartazgo pasivo, que tomó carácter activo ante el planteo electoral del clasismo. La izquierda dio una gran batalla por la conciencia de la docencia en torno de la independencia política del sindicato.
Se ha producido un sólido pronunciamiento contra una dirección sindical que, de Yasky para abajo, ha colocado al Suteba y a su CTA como una prolongación del gobierno kirchnerista, cubriéndole las espaldas al derrumbe de la educación pública y a los topes salariales que se dictan en la Casa Rosada.
Con todo, las victorias antiburocráticas no pueden sino preanunciar una ruptura de carácter político de grandes franjas de la docencia con el gobierno kirchnerista. Por otro lado, estas victorias se inscriben en una tendencia del movimiento obrero a recuperar sus internas y delegados.
Al cierre de estas líneas, la burocracia intenta impugnar urnas para birlar las victorias de La Matanza, Echeverría y San Martín. Recordemos que hace cuatro años, con la CTA unificada, bajo el ala de Tomada y una justicia cómplice, nos robaron el Suteba La Plata. Hoy, Amelia García vuelve a ser electa secretaria general con un aluvión de votos. La historia se cobra las cuentas y suele ser implacable.
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